Con instrumentos aborígenes y étnicos
Kaypacha, una cultura puramente musical que
sigue muy vigente
Gonzalo Ceballos fabrica y toca instrumentos
aborígenes. Con sólo 36 años viajó por el mundo para conocer
sobre música de culturas diferentes. Así creó el
Kaypacha.
Desde los tiempos remotos, el hombre siempre
ha intentado comunicarse con los dioses, el cosmos, los
animales, los vegetales y otros hombres. Para ello usó la voz,
el cuerpo y los instrumentos musicales. Culturas antiguas,
regiones diferentes, épocas pasadas… la música existió
siempre, desde los confines de la tierra. Sólo que, quizás,
adoptó diversas formas o se le dio distintas utilidades. Lo
importante es que hoy en día, en el siglo XXI, existen
personas que a través de sus manos pueden hacer revivir una
cultura que para muchos está muerta.
Uno de ellos es
Gonzalo Ceballos, un cordobés de 36 años, que viaja por el
mundo para mostrar y dar a conocer la Kaypacha, una cultura
que tiene como matriz los instrumentos musicales aborígenes y
étnicos. El joven estuvo hace pocos días de paseo por San Juan
mostrando sus obras e intercambiando conocimientos con otros
artesanos de la provincia.
“Comencé hace mucho con los
instrumentos andinos, de la zona de América. Pero hace 15 años
me empezaron a interesar otras culturas y a investigar sobre
otros instrumentos”, comentó Gonzalo, quien habló con Diario
El Zonda y contó con profundidad sobre su pasión por la música
indígena: “Empecé de muy niño con la música, y me animé a
jugar con los sonidos para descubrir más a fondo los
instrumentos. Después me largué a difundir culturas que se han
perdido. Aunque algunos piensan que son instrumentos míos,
pero pertenecen a pueblos de todas partes del mundo”.
El
nombre Kaypacha pertenece a la lengua quechua que significa:
esta realidad, el presente y el nivel del ser humano.
Sangre musical
El cordobés ama la música
desde muy pequeño. Por eso se dedicó a estudiar flauta barroca
y traversa, además de instrumentos andinos. Posteriormente
aprendió saxo, tabla, didgeridú, berimbao, kalimbas, tin
whistle y shakuhachi, entre otros. Luego comenzó el camino que
lo llevó a descubrir los instrumentos aborígenes y étnicos.
Hasta que por fin estuvo listo para crear una gama de
ideófonos, airófonos, membranófonos y cordófonos a los que les
llamó Kaypacha.
“Yo estuve en muchos lugares como en
Venezuela, Colombia, Brasil, Bolivia y Perú, entre otros
países. Así realicé parte de mi investigación”, comentó
Gonzalo.
Creaciones melódicas
Cada uno de
estos instrumentos tiene una historia que los acompaña y los
hace únicos. El didgeridú, por ejemplo, un instrumento de
viento de origen australiano, es una rama de eucaliptus
ahuecado naturalmente por las termitas. Pintados con símbolos
y seres que representan los antepasados aborígenes. El
berimbao proviene de la cultura brasileña, es una calabaza que
actúa como caja de resonancia, una cuerda de acero y un arco
de caña, que llegó a América por los esclavos de la costa
africana. El ashiko es un tambor puramente africano construido
con madera, cuero de cabra con un sistema de anillos y sogas,
éste fue un importante medio de comunicación a larga
distancia. El pucuy (se le llama así en alusión a un pájaro de
la zona) es una pieza arqueológica antigua descubierta en
Córdoba, proveniente de la cultura Comechingón, se dice que
fue un instrumento ritual. El arpa de boca es un instrumento
oriental, cuando llegó a América, los tobas y los mapuches lo
construían. Se dice que es para llamar al amor, ya que es muy
solitario. Shakuachi es un instrumento originario de Japón que
se utiliza en la actualidad para la música zen (de
meditación), está diseñado con un bambú muy grueso y madera de
ébano.
Muchos son los instrumentos que hoy pasan por sus
manos y se dedica a llevarlos por todos los puntos del país y
Latinoamérica para acercar las culturas primitivas a las
sociedades actuales. Gonzalo hace muy poco se presentó en San
Juan, en la Feria de las Artesanías. Obtuvo muy buena
respuesta de la gente que se interesó mucho por saber cómo se
crean estos instrumentos y sus funciones originales: “A la
gente le interesa mucho conocer la historia y el por qué de lo
que hago. A San Juan seguramente voy a volver”.
VM.JL