Éste silbato reproduce un
sonido típico de África, el mismo puede variar sus tonos con la
proximidad de los dedos en los cortes de la madera por lo que permite una
gama interesantes de sonidos.
Abajo, un exorcista azande con sus silbatos mágicos que le cruzan el pecho. En el centro posee una bolsa de hierbas de propiedades medicinales. Esta imagen,
fue obtenida por las expediciones que, entre 1926 a 1930, Ritchard realizó en la tierra de los azande.